martes, 25 de marzo de 2014

Lazarillo del siglo XXI

            
                                                                                    En Sevilla, a 12 de marzo del 2014  
            Estimado profesor:
Ya que me escribe preguntándome por los hechos  ocurridos,  debe Usted saber que me llamo  José Antonio Noguera   tengo 14 años  y soy el mayor de tres hermanos; soy un chico delgado,  de media altura  1,70 centímetros,  moreno y con un pendiente en la oreja izquierda  hecho con una aguja oxidada. He nacido  en la ciudad de Málaga  y me he crecido en un  barrio  de las afueras que se llama  la Palmilla, una zona marginal dónde las personas que están allí tienen  pobreza y  miseria.  Al no tener trabajo se dedican  a robar, a las drogas, la prostitución… a todo aquello que está prohibido, pero  les proporciona algo de dinero para poder vivir.  En mi calle algunas casas no tienen  luz,  ni agua  pero si  algunos animalitos que  no  quiero decir porque  me dan asco. Tiene  muy mala fama porque hay mucha delincuencia.
Mi madre se llama María del Carmen Noguera,  sabe leer y escribir, es muy lista pero  fue poco a la escuela.  Cuando tenía 15 años  fue violada, como muchas otras,  en   la Palmilla  por un hombre sin escrúpulos  que nos abandono  a nuestra suerte.  Su padre,  todos los días  después del trabajo se iba al bar a emborracharse y cuando se enteró que estaba embarazada la echó de casa. Tuvo que buscarse la vida con la ayuda, a escondidas, de su madre. Vivimos  los cuatro en  una casa muy pequeña   junto a otras en lo  alto de una montaña.

Mi vida hasta ahora sepa Usted que es muy miserable, puesto que a mi madre nunca  ha tenido  un trabajo decente y fijo que le diera dinero para sus hijos. Yo al ser el mayor me ha visto  obligado a robar desde pequeño para poder comer aunque sea una triste barra de pan duro y sobre todo para que pudieran comer mis hermanos.
 Mis colegas de Málaga no son de lo mejor, son delincuentes y drogatas,  pero te apoyan y te ayudan cuando lo necesitas. Muchos de ellos a los 10 años dejaron el colegio y  empezaron con la droga, el alcohol y todo lo que conlleva  la mala vida. Continuamente han tenido  muchísimos problemas con la policía y no solo mis colegas,  Yo también puesto que  estoy  siempre con ellos.
 Mi madre cuando yo tenía 12 años consiguió un trabajo decente y fijo  estaba muy ilusionada. Esto  nos beneficio muchísimo ya que pudimos comer sin tener necesidad de vivir en la miseria, pudimos abrir una cuenta en el banco, comprar  dos móviles para comunicarnos y pudimos pagar el agua, la luz, la bombona del butano… Yo para contribuir con mi madre seguí robando, ya no era comida sino  cosas de valor como móviles, colgantes, relojes y carteras. Ella quería  que nos fuéramos de la Palmilla  para  dejar la vida que teníamos pero Yo no porque toda mi vida había estado allí;  unos días más tarde de que mi madre me dijese que nos fuéramos apareció el perro de mi padre, el que nos dejo tirados. Vino a reclamar su sitio y  solo trajo peleas constantes y palizas, vino para quedarse, para hacernos la vida imposible; mi madre le tenía mucho miedo y no pudo dejarlo. Yo con él me peleaba miles de veces  y un día se me fue la mano. Hoy  todavía me sigo peleando. Por él Yo entre en el reformatorio.
Fue un día de verano él se puso a gritar que mi madre era una guarra y Yo un mal nacido y a pegarnos,  como le teníamos miedo conseguí escaparme, cogí una navaja y  llamé a mis coleguitas. Solo pensaba en cargármelo,  me reuní con mis amigos y fuimos a por él, tres o cuatro cortes con la navaja  le di mientras  mis amigos lo machacaban. Cuando  paramos y nos fuimos lo dejamos medio delirando  pero pudo llegar a  la comisaria y denunciar lo ocurrido. Tres  días después los agentes de policía  vinieron a por mí y me llevaron detenido, me llevaron a un centro de menores  y luego al reformatorio en el que estuve  9 meses, luego vinieron otras veces  pero ya son otras historias. Ya sabe usted  como  fue la  primera vez  en el reformatorio, ahora le voy a contar  como llegué por segunda vez.
Yo tenía 16 años, la culpa  fue  de las bandas callejeras y de las drogas. Lea con atención:
Fue un día de verano, yo estaba con mis amigos en la plaza mayor de la Palmilla hablando y riéndonos, como siempre ellos estaban con su maría. Cuando de repente llegaron unos individuos con la cara tapada,  mis colegas cuando los vieron salieron a correr, Yo sin saber que pasaba empecé a correr detrás de ellos sin mirar a ningún lado.














Mientras corríamos  buscando  un lugar seguro dónde escondernos, escuché disparos y gemidos de personas, oiga gritos. Cuando  nos escondimos, me contaron  el  porqué  habían salido corriendo.  La causa como siempre era por temas de drogas, mis amigos entraron en el piso franco de una banda llamada “Los Crips” a robar.
           
Esta banda se dedicaba al tráfico  de maría, hachís y cocaína. Cuando mis amigos entraron en el piso  les robaron 5 plantas de maría, pero los “Crips” siguieron a dos de ellos  hasta la Plaza Mayor de la Palmilla y abrieron fuego contra cualquiera que estuviese allí. Llamamos a un amigo que tenía contactos con otra  banda y nos unimos a ellos. Nos dieron protección y luego armas enseñándonos  a usarlas. En la  banda que nos enrolamos estaban en conflicto con “los crips”. A la semana de unirnos tuvimos un tiroteo contra ellos, en el cual ganamos nosotros provocando muchas bajas suyas. Pero ellos eran mucho.

A los tres días de ese tiroteo, vinieron a por nosotros   que  conseguimos defendernos causando  pocas bajas.  Nos retiramos por un tiempo y estuvimos tres meses preparando un ataque  para acabar con ellos.
Entramos  en su piso franco a base de explosivos y disparos, acabamos con todos, no se libro ni el líder. Cuando acabamos el tiroteo y empezamos a salir del piso franco, vimos muchísimos furgones de la policía, abrimos fuego pero nos quedamos sin munición y nos detuvieron a todos y así es como entre mi segunda vez en un reformatorio, esta vez estuve hasta que cumplí los dieciocho años.  Espero que este relato haya sido  claro.  


             


Un saludo de mi parte.





domingo, 9 de febrero de 2014

Complemento de régimen

Iba yo una tarde con mi familia paseando por el parque cuando se repente mi madre cayó al suelo por una piedra. Empezó a sangrar y se trataba de una herida grave, fuimos al medico en ambulancia puesto que la llamamos, mientras íbamos al hospital hablábamos de las cosas que haríamos en el verano.Cuando llegamos el medico le atendió muy amablemente y le dio 4 puntos y le curo a herida.El medico le recordaba un montón a mi padre. Mi padre se pare a pensar en cuando el era pequeño y ya recordó quién era el medico. El medico fue un amigo de mi padre que vivía alado suya en  su barrio y con el jugaba al fútbol.Mi padre le saludó y le refresco la memoria al medico que no se acordaba. Y después de eso quedaron para tomar algo un sábado y hablar de todo. 

domingo, 2 de febrero de 2014

Oraciones impersonales


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El sujeto


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